¿Cómo construir mejores líderes?

Los mandos medios o intermedios son un puesto clave para el desempeño de una organización y muchas empresas no ofrecen un marco para construir mejores líderes que los impulsen hacia adelante.  

Las empresas que no demuestren de manera tangible que valoran a sus mejores empleados, desarrollando sus habilidades y ayudándolos a alcanzar su máximo potencial, los perderán y quizás frente a los competidores.

En cambio, las empresas que cuentan con una fuerta cultura de desarrollo invierten en sus mandos intermedios, aumentando su capacidad de liderazgo. Estas empresas ponen a los líderes en el camino para inclinarse hacia una mayor responsabilidad y programas, proyectos o iniciativas más complejos.

¿Qué es la capacidad de liderazgo?

Las empresas tienden a medir la capacidad en función de la ejecución técnica de las tareas de los líderes pero esa perspectiva pasa por alto los elementos fundamentales que ayudan a estos profesionales a alcanzar un nivel superior: su profunda experiencia.

La mentalidad es clave para buenos líderes. Para evaluar lo que un líder puede hacer y desarrollar, la organización debe crear el espacio para que el líder obtenga claridad sobre las creencias conscientes e inconscientes que tiene. 

Otro aspecto crucial para la construcción de un buen líder es su espectro de habilidades. El trabajo de desarrollo de líderes en torno a las habilidades presenta tanto al líder como a la organización la oportunidad de evaluar si el líder es flexible, resiliente, adaptable, empático y consciente de sí mismo, entre otras cualidades. Incluye la formación técnica, la socialización y las habilidades de ejecución del líder.

¿Cómo invertir en tus líderes?

Una buena forma para invertir cualitativamente en tus líderes es cultivar la mentalidad de los líderes. Para comenzar a explorar este aspecto, las organizaciones deben pasar de “decir” a “indagar”. Cuando interactúe con informes directos, pregunte acerca de las creencias que sustentan sus suposiciones. Explorar desde un lugar de curiosidad, no de juicio. 

También hay que ofrecer y facilitar la exploración de habilidades. Las organizaciones deben invitar a los líderes a identificar no más de dos áreas en el dominio de la inteligencia emocional en las que les gustaría enfocarse y complejizarse.

9 prácticas de buen líder

1. Proporcionar comentarios prácticos que mejoren el rendimiento.
2. Mostrar consideración por los miembros del equipo como seres humanos.
3. Resistir la tentación de microgestionar.
4. Valorar el punto de vista de cada persona, incluso cuando es diferente a la del líder.
5. El líder debe mantener al equipo enfocado en los resultados.
6. Compartir información relevante de los niveles superiores de la cadena.
7. Tener discusiones significativas que guíen el desarrollo profesional de los miembros del equipo.
8. El líder debe comunicar las expectativas con claridad.
9. Demostrar experiencia en la materia.

Las organizaciones establecen las condiciones para alcanzar el máximo potencial de un líder. La implementación facilita el cambio necesario de “decir” a los líderes qué hacer a “indagar” sobre el pensamiento que informa su toma de decisiones. En última instancia, este trabajo sentará las bases para el crecimiento tanto del líder como de la organización.

El equipo de Wormhole